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Apuntes para contestarle a la ultraderecha en tiempos de pandemia

  1. Cuando uno ve más allá del personaje, Kast, Bolsonaro y Trump evidencian un mismo síntoma: la ausencia de razones que justifiquen sus caprichos políticos y los de todo un sector político de ultraderecha.
Si no es mi modelo, es el caos

El inédito anuncio del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de destinar 15 mil millones de pesos para apoyar artistas y organizaciones en el contexto de la emergencia sanitaria producida por el COVID19, no fue bien recibido en ciertos sectores de ultraderecha que estiman, hay otras prioridades hoy a las que el Estado debería atender antes de “regalar” dinero a los artistas.

La discusión sobre dónde se debe inyectar recursos estatales es relevante en la medida que se enmarca en un debate político anterior respecto de la función que debe cumplir el Estado en el desarrollo y funcionamiento de ciertos polos productivos del país. Por eso resulta curioso que sea el mismo sector político que no quiere sentarse a la mesa a discutir la elaboración de una nueva constitución -que determinará precisamente cuestiones tan fundamentales como la función que debe cumplir el Estado en el desarrollo de la sociedad- el que ahora diga qué (no)debería hacer el Estado.

Y sin embargo, lo hacen. El primero en opinar al revelarse la noticia fue el líder de la ultraderecha chilena, José Antonio Kast, quien afirmó a través de su cuenta de Twitter que el Estado no debe “regalar” dinero a los artistas. El ex diputado es conocido por ser un hábil provocador. Su estrategia de posicionamiento desde las elecciones presidenciales pasadas ha sido capturar la atención de los medios aparentando una supuesta frontalidad. Algo muy similar a la estrategia que utilizaron Trump y Bolsonaro para llegar a la presidencia, instalándose en el mapa como personajes políticamente incorrectos dispuestos a decir lo que el resto calla.

Un recurso habitual para sostener esta impostura es construir falsos dilemas para sostener su visión de mundo. Un falso dilema es presentar dos opciones excluyentes entre sí como si no hubieran más alternativas disponibles. Por ejemplo, qué preferiría usted, ¿ver a Chile sumergido en el caos y la destrucción o mantener las cosas como están? Esto es precisamente lo que planteó Kast cuando afirmó que de aprobarse una nueva constitución la incertidumbre destruirá Chile volviéndolo un país mucho peor que el que tenemos hoy. Es decir, si no es mi modelo, es el caos. No hay otra alternativa.

Los famosos 15 mil millones

Cuando la pregunta es si el Estado debería “regalar” al sector artístico 15 mil millones o por el contrario, debería concentrarse en apoyar a las PYMES que dan empleo y generan riqueza, estamos frente a la misma estrategia falaz. En realidad, respecto a la discusión sobre planes de apoyo para enfrentar la crisis económica, podríamos construir falsos dilemas de este tipo hasta llegar a la conclusión de que el Estado no debería financiar nada, o bien, todo.

Por fortuna, pareciera ser que post estallido social logramos ver con más distancia crítica estas estrategias retóricas y hasta sancionamos a quienes las utilizan. Desde octubre el líder de la ultraderecha ha caído en picada en las encuestas de aprobación, tanto así que en el último estudio de Pulso Ciudadano marcó poco más que el margen de error.

Pues bien, las razones para apoyar este plan de financiamiento al sector artístico (en realidad, una redirección de parte del presupuesto anual del MINCAP que no sabemos cómo se ejecutará) abundan. Razones claras y precisas las entrega la directora del Observatorio de Políticas Culturales, Bárbara Negrón, en este artículo escrito por El Mostrador. Pero para responderle a los sectores que hablan predominantemente el lenguaje de la oferta y la demanda, quizás sea bueno resumirle un par de criterios exclusivamente económicos: el sector cultura ofrece un mercado productivo lleno de “pymes” y “emprendedores” que aporta el 1,6% del PIB chileno recibiendo solo un 0,4% del presupuesto público anual. Se trata de un sector altamente eficiente en el uso de los recursos que, además, aporta a posicionar la “marca” Chile en el mundo, generando oportunidades para otros sectores como el turismo.

Cabría notar, por último, que el porcentaje que aporta al PIB es más que lo que aporta la pesca (0,6%) y tanto como el sector aeronáutico que hoy enfrentado a la crisis sanitaria no ha tardado en solicitar través de empresas como LATAM, Sky o Jetsmart planes de salvataje económico. Con esto presente, ¿Por qué el sector cultura no debería recibir apoyo?

Actor, Universidad Mayor. Magíster © Teoría e Historia del Arte U. de Chile.